22 septiembre 2008

Apuntes del tiempo futuro

La hiperactividad es una promesa incumplida del cuerpo. Necesitas movilidad y no te sientes capaz de levantarte de tu cómodo asiento para pelear (cada día más, al contrario). Mi cuerpo se deshace poco a poco, minuto a minuto, pero me siento atrapado por todo mi entorno, que duerme los impulsos de mi corazón al canto de una suave canción que anestesia mis sentidos y no me permite ver lo que en realidad ocurre en este planeta llamado Tierra (o yo no quiero verlo). Los cuerpos sutiles, ingrávidos y gentiles del poeta están desapareciendo (están ahí, idiota, cógelos). La belleza de las cosas más simples, también. No tengo las fuerzas suficientes para comenzar una lucha yo solo, ya que nadie parece que quiera seguirme por los campos de batalla de la Humanidad (no te siguen, tú debes seguir a otros), ni siquiera aquellos que no tienen nada que perder porque no tienen nada. Dejarme morir (ah, el tiempo) es la solución cobarde, deshonesta, inmoral y fácil, y a mí siempre me gustó complicarme la vida (y tanto), pero, al fin y al cabo, el bagaje de mi paso por este mundo es nulo y a la hora de partir, como el gran Antonio, estaré a bordo, casi desnudo, porque soy y seré un hijo de la mar, que irá a parar al mar (o donde sea). Contra esto quisiera revelarme: contra mí mismo, que soy todos los hombres en uno. La rabia de uno es la rabia de todos contra todo (no te creas). No la contengamos. Muramos con dignidad, apoyándonos los unos a los otros: solidaridad, compañeros, solidaridad es la palabra (sí, pero vacía de contenido). Tú y yo y todos. Al enemigo invisible: tenderles una mano de hermanos para que acepten un nuevo orden que no será tal (así, ni de coña. Enemigos, sí; tontos, no).

(Más tarde) No quiero morir ahora (ni ahora). Las cosas están tomando un rumbo raro y me siento más perdido que nunca (bienvenido al estado perpetuo). Será que me estoy haciendo adulto (visionario, jugón). Pero, yo no quiero, de momento (irreversible). Espero impaciente el amanecer, que el sol ilumine mi camino (tranquilo). Siempre es de noche, siempre me rodean las tinieblas en los momentos de mayor lucidez (al contrario). No sé por dónde se pone mi sol. Quiero ver las cosas con luz natural, verlas claras, verlas venir, llegar, moverse, en libertad, cuando supongo que es de día y ha amanecido en los que me rodean, que ya han encontrado su sol (un día, pronto). Quizá mañana no sea el día. Pero, aquí estaré por si lo es (yo ya estoy allí).

Publicado en Lepe Urbana, septiembre de 2008.
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