08 febrero 2008

Ahora 2008

Ahora que dejamos los días de abusos, y retomamos los abusos diarios. Ahora que, más que nunca, el viento conduce las palabras al lugar donde reside el olvido. Ahora que avanzamos marcha atrás, ha llegado 2008. Ahora que el egoísmo se ha quedado con la habitación de matrimonio, y que la buena gente se asfixia en el dormitorio de invitados, sería buen momento para seguir repitiendo lo mismo sin seguir recibiendo lo de siempre. Mientras, calles llenas de soledades… Entretanto, barriga llena, corazón frío y cabezas vacías… Ahora que crecen los castillos de cuentos con cuentos como castillos, y que se inventan ilusiones en forma de foto de portada, ha llegado 2008. Y a todo esto, el final de mes cada vez más cerca; y como cada madrugada, el sueño se combina con la desgana de tener que vivir para trabajar, trabajar para pagar y pagar para madrugar. Ahora, lo de siempre… Siempre, lo de ahora… Gritos sordos que callan por no ofender. Silencios clamorosos para mojar pan entre atentados suicidas. 2008, ahora que la fe es un arma de destrucción masiva, y que nada se hace para cambiar los titulares, puede ser un buen momento para aprender a decir que no. Para qué, dirán algunos. Y es verdad, porque a pesar de que todo va mal, siempre queda el consuelo de que podría ir peor; porque ninguno de nosotros hemos inventado un mundo mal llamado humano destinado a perecer por abandono.

Menos mal que ha empezado 2008… y ahora, este año sí, verán cómo nuestros buenos políticos y mejores personas que rigen nuestros destinos, este año sí, nos dicen la verdad y se desviven por nosotros… Ay, miedo me dan los pedestales, los por qué no te callas y los que ríen las gracias sin haber cogido el chiste. Ay, 2008… menos mal que seguimos vivos para no callar algunos. Ahora 2008. A ver si, al menos, el Madrid gana la décima. Que cada uno lo lleve como pueda. Feliz año, o algo así.

Publicado en Lepe Urbana, enero de 2008
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Para sordos

En la política actual de nuestra querida urbe parece que se lleva a rajatabla esa estrategia de los emperadores romanos de dar pan y circo al pueblo para mantenerlos satisfechos y a su favor. La vida del ser humano, según apuntaron filósofos como Schopenhauer, y según vamos viendo en la realidad, "oscila como un péndulo entre el dolor y el hastío". Los emperadores romanos apaciguaban el dolor, representado por la necesidad, con alimentos obtenidos sin esfuerzo, mientras que al hastío, al desgano, al aburrimiento, respondían con las fuertes emociones vividas en la arena del circo.

Un nuevo circo llega a Lepe traído por Papa Noel, quien ya no cuenta con los pobres Reyes Magos que seguramente han sido arrestados en la frontera de sabe Dios qué país por ser árabes, y por lo tanto, terroristas. Encima venían con sacos llenos de artilugios para fabricar bombas los muy ilusos.

Se abre de nuevo el telón de la arena del "paseo cuadrao" con un castillo de ensueño y con un sorteo de navidad sólo para todos los leperos y aquellos que vienen de fuera, pero que votan en Lepe. Y en este circo meten un poco de pan, del que se gana sin esfuerzo, del que regala un viaje a Disney Land, porque saben de sobra que al lepero no le hace falta nada más, porque el lepero trabaja y se gana el pan, día a día, con el sudor de su cuenta corriente.

Esto es todo amigos, a disfrutar del sorteo y felices fiestas, que el ayuntamiento paga... Y a todas aquellas empresas a las que el ayuntamiento les debe dinero, ánimo, que aún nos queda, como poco, tres navidades más por vivir, con esta gente.

Publicado en Lepe Urbana, diciembre de 2007.
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